No Pedí
No pedí nacer y aquí estoy, viviendo
la vida por vivir, ya que no tengo valor de quitármela como tanto otros.
No pedí ser diferente a la
heteronormatividad que tiene siglos instaurados, pero aquí estoy siendo un
punto rojo entre puntos negros.

Hay días que no soy sinónimo de
alegría, puesto la vida es tan mierda que a veces no tengo ánimos de fingir que
estoy bendecida.
Hay días en los cuales quisiera no
sentir nada, ni pensar nada y recuerdo que esto es parte de vivir y que solo
los muertos tienen el regalo eterno de descansar.
No pedí la forma de mi cuerpo, color
de piel, ni tonos de voz. Todo es regalo de la unión de dos tontos calientes
que deseaban satisfacerse y termino en una carga que dejaron en brazos de
alguien más.
No pedí nacer en esta época cada vez
más perdida en un teléfono, que en buscar personas con las cuales filosofar.
Creo que he dicho que no pedí ser lo
que vez que soy, que soy un conjunto de etiquetas y definiciones para ser parte
de una minoría que se hace mayoría.
Hay días como hoy que digo todo lo
que mi mente piensa, para ver si congenio con otra alma que este más, menos o
igual de perturbada que yo.
Ya creo que está más que claro que no
pedí nada.